El presidente dijo que no planea reanudar las rondas petroleras ya que las compañías privadas no cumplen con sus compromisos de inversión y producción de crudo. Foto de presidencia.

8 de ene. (Sentido Común) -- El presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que su administración planee reiniciar pronto las licitaciones de contratos para proyectos del sector petrolero en México, a pesar de las esperanzas que había que reconsiderara la visión estatista que tiene para esa industria.

     Esta no es la primera ocasión en que el presidente expresa dudas sobre el aporte de la industria privada al desarrollo del sector energético del país. De hecho, en más de una ocasión ha señalado que las compañías nacionales y extranjeras que ganaron contratos en las rondas petroleras han incumplido las metas establecidas al reformar la Constitución del país para terminar con ocho décadas de monopolio estatal.

     El mandatario dijo en su conferencia de prensa matutina, que las empresas privadas que hasta ahora han obtenido contratos de explotación no han dado resultados satisfactorios en producción de crudo, por lo que seguirá siendo Petróleos Mexicanos, la empresa productiva del Estado, quien se encargue de llevar a cabo ese tipo de actividades.

     “Ya se entregaron contratos desde el sexenio anterior para la explotación en aguas profundas; lo que estamos pidiendo ahora es que inviertan, porque tienen los contratos y no producen”, dijo López Obrador, en su encuentro con medios en Palacio Nacional. “¿Cómo les vamos a dar nuevos contratos si no están invirtiendo?”.

     López Obrador fue cuestionado a raíz de una columna publicada en el periódico Reforma, que sugería que podrían reiniciar las rondas este año, de acuerdo con personas con conocimiento del caso. Esa esperanza, sin embargo, parece haberse agotado.

     El presidente decidió suspender las rondas de licitaciones petroleras que iniciaron en 2014, por considerar que las cifras no respaldaban el supuesto éxito que iba a ser la reforma constitucional propuesta en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

     Para López Obrador, el hecho de que solo estén en fase de producción 29 de los 111 contratos firmados por empresas y consorcios es una señal de que la reforma petrolera fue ‘sobrevendida’.

     “Engañaron diciendo que si se entregaban estos contratos iba a llegar la inversión extranjera a raudales, iba a aumentar la producción. Nada”, dijo el presidente ante reporteros. “De esos 110 contratos que llevan cuatro años, un poco más, sólo se están produciendo alrededor de 10 mil barriles”.

     El gobierno de Peña Nieto, prometió que aumentaría la producción desde 2.5 millones de barriles en 2013 a tres millones de barriles para 2018. Eso a la larga no ocurrió y México cerró ese año con una producción inferior a los 2.1 millones de barriles diarios.

     Las críticas del presidente, sin embargo, contrastan con una realidad en la que si bien hay todavía cifras modestas podrían no ser el fracaso que él cree.

      De acuerdo con la Secretaría de Energía y de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, México produce en la actualidad 1.7 millones de barriles de crudo al día, de los cuales 1.67 millones son producidos por Pemex.

     Las empresas del sector privado ya extraen 30.5 mil barriles diarios de los campos que ganaron a través de licitaciones del gobierno, una cifra mínima al compararse con la producción de la petrolera estatal pero igualmente tres veces superior a la que cree el presidente y que además va en aumento.

     Por ello, las empresas del sector privado, agrupadas en organizaciones como la Asociación Mexicana de hidrocarburos, o Amexhi, realizan esfuerzos de la mano de colaboradores del presidente como Alfonso Romo --el empresario que fue designado como jefe de la oficina de la Presidencia--, para convencer al gobierno de permitir una mayor participación privada.

     Amexhi, ha advertido que México difícilmente logrará llegar a la meta de producción que planteó el presidente de 2.4 millones de barriles diarios para el año 2024 sin contar con la participación de privados.

     Incluso, hay quienes creen que los beneficios para México pueden empezar a verse sin que las compañías hayan siquiera sacado un barril de aceite.

     “Cuando en una ronda se adjudica un área contractual, las empresas realizan pagos por concepto de bonos, cuotas e impuestos a la actividad de exploración y extracción de hidrocarburos, estos pagos se hacen al Estado mexicano independientemente del éxito exploratorio”, dijo Alberto de la Fuente, el presidente de la Amexhi, en la presentación de resultados de las rondas petroleras en el mes de noviembre.

     De acuerdo con la CNH, las empresas privadas han invertido ya 11 mil millones de dólares y tienen planeado elevar esa cantidad hasta 37 mil millones, como parte de los compromisos que hicieron con México, por lo que será cuestión de tiempo para que el número de barriles crezca.

     “En este modelo el gran ganador es México, porque el Estado no asume riesgos en exploración ni pérdidas en ninguna circunstancia. . . la mayor parte de los ingresos que se van a estar recibiendo van al Estado mexicano sin ningún riesgo”, agregó el presidente de Amexhi.

     Si el gobierno retoma las rondas petroleras, para el año 2040 México podría recibir alrededor de 900 mil barriles diarios de empresas privadas, así como el potencial de generar 104 mil millones de dólares por contraprestaciones al Estado sin necesidad de inversión por parte de Pemex, estimó Amexhi.

     Ello sin considerar que los privados pueden desarrollar proyectos que Pemex podría tener dificultades para realizar debido a que es la petrolera más endeudada del mundo y enfrenta presiones para invertir en nuevos campos.

     Finalmente, pese al lenguaje duro en materia petrolera, el presidente también dijo en la conferencia del miércoles que la empresa estatal Comisión Federal de Electricidad no eliminará los contratos que tiene con empresas privadas de generación de energía renovable, pero que se revisarían algunos.

     López Obrador argumentó que los subsidios otorgados con anterioridad a esas empresas para la transmisión energética no se reflejaron en mejores precios para los consumidores, lo que constituyó otro engaño de la reforma y posiciona a las empresas en una ventaja injusta para CFE.

     “No vamos a hacer nada arbitrario, estamos revisando todo esto que fue muy dañino para el interés general, para el interés público.  Queremos nosotros competencia, libre mercado, no estas condiciones de privilegio”, dijo el mandatario.

     A pesar de que los subsidios a las empresas generadoras a partir de fuentes renovables buscan incentivar esta industria que contribuye al cumplimiento de las metas ambientales de México, López Obrador dijo que la revisión de los contratos que eliminaría los estímulos no afectará al sector de energía renovable.

     Algunos analistas estiman que un cambio en la política energética podría ayudar a reducir la desconfianza que hay de los empresarios, y atraer más inversiones y apoyaría a la economía nacional.

     “Hay una desconfianza irracional del presidente López Obrador y de gran parte de su equipo hacia la inversión privada en energía”, escribió el analista David Shields, especialista de temas energéticos, en un artículo de opinión en Reforma. “Se pensó, hace poco, que el gobierno de la 4T apoyaría la inversión privada. Pero ha impuesto ideología, no ha respetado derechos y espacios, no ha escuchado, no ha conciliado”.


Fecha de publicación: 08/01/2020

Etiquetas: México Economía Petróleo Reforma Empresas Crudo Extracción Pemex CFE