Jesús Seade, el subsecretario de México para América del Norte y uno de los negociadores claves en materia de comercio exterior del presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo, en la conferencia matutina del mandatario mexicano, que México buscará convencer a los legisladores estadounidenses de que es hora de someter el tratado comercial a votación para que pueda entrar en vigor. Foto AP/Manuel Balce Ceneta

25 de nov. (Sentido Común) -- El gobierno de México mostró un tono pesimista y hasta inconforme por la lentitud del congreso de Estados Unidos para ratificar el nuevo tratado de libre comercio de Norteamérica, que ambos firmaron junto a Canadá el año pasado y que se esperaba que estuviera listo en 2019.

     Los congresistas del partido Demócrata, que cuentan con la mayoría en la Cámara de los Representantes, han expresado dudas respecto a aprobar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá por considerar que no tiene un lenguaje que haga obligatorios los compromisos asumidos en la renegociación del año pasado.    

     Para México, sin embargo, la ratificación del también llamado T-MEC por parte del Congreso de Estados Unidos podría contaminarse por el proceso electoral del año próximo, por lo que es ideal que ya se concluya.

     “Nosotros hemos cumplido con todos los compromisos. Hemos estado en comunicación con legisladores del Partido Republicanos y con legisladores del Partido Demócrata. En este caso con los legisladores del Partido Demócrata hemos llevado a cabo acuerdos, compromisos y los hemos cumplido todos”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia de prensa matutina del lunes.

     En este sentido, México, además de comprometerse en el texto a cumplir con cambios al marco laboral, también incrementó el presupuesto que destinará a la implementación de la reforma laboral y destinó un total de mil 401.9 millones de pesos para las tareas relacionadas con su implementación.

     La semana pasada había altas expectativas de un acuerdo tras la reunión que sostuvieron Pelosi y Robert Lighthizer, el representante comercial del gobierno de Donald J. Trump, aunque éstas se desinflaron cuando la líder de los Representantes dijo que hacía falta mucho trabajo para dar su aprobación.

     Los comentarios de Pelosi generaron la sensación de que la Cámara de Representantes difícilmente logrará someter el texto del tratado a votación para que sea ratificado antes de que termine el año, lo que reconoció México con un poco de inconformidad por la lentitud de este proceso.

     “Era una expectativa de que antes del Día de Acción de Gracias --ustedes saben que es muy importante para ellos, básicamente significa fin de noviembre-- llegarían a un acuerdo entre ellos”, dijo por su parte Jesús Seade, el subsecretario para América del Norte de Relaciones Exteriores, en la conferencia de prensa del presidente. “Una vez que lleguen a un acuerdo entre ellos tenemos que ver que el acuerdo sea aceptable, pero con todo lo que hemos marcado raya nosotros va a ser aceptable, tengo confianza, cuando ya lleguen a ese punto, pero no llegan a ponerse de acuerdo”.

     Este cambio hacia una visión más pesimista sobre el avance de las negociaciones entre la administración Trump y los legisladores demócratas se vio incluso en la forma en la que Seade describió estas conversaciones que sostienen sus contrapartes estadounidenses.

     “Ha sido un año de diálogo no muy estructurado entre congresistas demócratas de Estados Unidos y el ejecutivo que negoció el tratado, en el cual hemos estado en contacto constante con unos y otros, con los congresistas transmitiendo claramente la posición y la disposición de México para llevar a cabo no sólo la reforma laboral sino una serie de cambios muy importantes. . . principalmente pintando rayas”, dijo el subsecretario ante medios de comunicación reunidos en Palacio Nacional.

     Seade dijo que México ha dejado muy claro qué cosas está dispuesto a aceptar en esta fase de diálogo y qué otras no iba a tolerar para lograr la ratificación.

     “Ya se fue noviembre, y lejos de llegar a un acuerdo, en las últimas dos semanas se han recrudecido los pronunciamientos de ciertos sectores laborales ventilando ideas que serían totalmente inaceptables para México”, dijo Seade Kuri, quien representó a López Obrador en la parte final de la negociación que concluyó en septiembre del año pasado. “Quieren tener mecanismos más intrusivos, más transnacionales, de ver qué pasa en esa planta que no cumple y nosotros les decimos, señores, eso no lo vamos a aceptar”.

      Claro que México no es el único inconforme con la lentitud del proceso, ni tampoco el único interesado en arrancar el nuevo marco comercial de la región.

     El presidente Trump, quien buscará la reelección el año entrante y quien ordenó la renegociación del marco comercial de Norteamérica, por la animadversión que tenía con el anterior Tratado de Libre Comercio, también ha criticado a Pelosi y a los demócratas por no aprobar el texto que acordó con Canadá y con México.

     De hecho, Trump ha denunciado que los demócratas están usando el T-MEC para chantajear a los legisladores para que apoyen el inicio de un juicio político contra el mandatario.

     “Los demócratas no están pasando legislación importante, de ahí el apodo de demócratas ineptos”, escribió Trump el domingo, en su cuenta personal de Twitter.

     Para evitar que el proceso se contamine, la administración de López Obrador consideró necesario intensificar su labor de convencimiento hacia los legisladores que todavía no se animan a conceder su aval al tratado.

     “Sentimos que ya llega el momento para nosotros, para México. . . de transmitir de una forma un poco más clara que este es un tratado muy bueno”, dijo el subsecretario Seade. “Demos vuelta a la página y vamos ya para adelante hacia ratificarlo”.

     El subsecretario para América del Norte incluso expresó cierta frustración al decir que, si bien existe consenso alrededor de que el acuerdo comercial traerá beneficio a los tres países, los legisladores en Estados Unidos no se animan a conceder su aval.

     “Estamos en la puerta de tener un tratado excelente para Estados Unidos, para Canadá y ciertamente para México, sin embargo, el diálogo continúa”, agregó.

     Para matizar el pesimismo, López Obrador dijo que está confiado en que México logrará convencer al Congreso estadounidense de ratificar el T-MEC este año.

     “Voy ahora a contradecir a nuestro representante que es un extraordinario negociador, Jesús Seade, él dice que está pesimista, yo estoy optimista y creo que se va a aprobar pronto el tratado en el Congreso de Estados Unidos”, dijo el mandatario, de 66 años. “Entonces vamos a hacer este exhorto respetuoso a los legisladores del partido demócrata y pensamos que vamos a ser escuchados y atendidos, y no va a posponerse este asunto ni se va a mezclar con los procesos políticos y la elección en Estados Unidos”.

     López Obrador dijo que seguramente los esfuerzos de comunicación bilateral de México rendirán sus frutos con una pronta ratificación del acuerdo comercial.

     Claro que la lentitud del proceso de ratificación durante el cierre de año no descarta totalmente la posibilidad de que los legisladores lo logren en las tres semanas que quedan, o incluso a principios del próximo año.   

     “Quedan dos semanas oficiales de congreso y la tercera semana perfectamente la pueden agregar, todo lo que necesitan es llegar ya a una decisión. . . entonces no excluyo que diciembre pudiera salir”, dijo Seade, en la conferencia. “Si no se resuelve en diciembre, puede resolverse en enero o en febrero”.

 


Fecha de publicación: 25/11/2019

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