21 de jul. (Sentido Común) -- Grupo México, un conglomerado empresarial con intereses en minería, transporte ferroviario e infraestructura sufrió la decisión de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) de clausurar de manera parcial y temporal las instalaciones que tiene en la terminal marítima del Puerto de Guaymas tras el derrame de tres mil litros de ácido sulfúrico sobre el Mar de Cortés. 

     La determinación de Profepa se dio luego de una serie de inspecciones a esas instalaciones donde ocurrió el derrame.

     Las autoridades justificaron la medida tras encontrar que Mexicana de Cobre, la subsidiaria de Grupo México que controla la terminal, no contaba con la autorización de impacto ambiental para esas instalaciones.

     Con esa autorización, la compañía habría identificado ante las autoridades los posibles impactos en el ecosistema de las actividades que ahí realiza.

     Las también llamadas manifestaciones de impacto ambiental deben además ser aprobadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), algo que en este caso no ocurrió, dijo Profepa en un comunicado.

     “Después de realizar dos visitas de inspección a la Unidad Terminal Marítima de Guaymas, Sonora. . . Profepa determinó aplicar como medida de seguridad la clausura parcial temporal de las obras y actividades de dicha empresa por no contar con autorización de impacto ambiental”, dijo el organismo.

     La clausura afecta las obras y actividades para el almacenamiento y embarque de ácido sulfúrico, pero deja exentas las operaciones de un volcador de góndolas, la reubicación de las vías férreas al interior de la terminal, así como las obras de una nave industrial para el almacenamiento de 22 mil toneladas de cobre.

     Profepa dijo que el derrame del ácido sulfúrico el pasado 9 de julio se dio tras una fuga en el tanque número 19 y que su decisión de clausurar ciertas actividades ahí la tomó después de realizar dos inspecciones al lugar de los hechos.

     En la primera, los inspectores de Profepa se abocaron a recabar datos técnicos en materia del impacto ambiental y los probables daños al suelo que generó el derrame. Estas tareas las llevaron a cabo elementos de Profepa al día siguiente del aviso del derrame que hizo Grupo México.

     Tras esa primera inspección, el titular de Semarnat, secretaría de la cual depende Profepa, Víctor Manuel Toledo, dijo que el derrame podría no tener un impacto ambiental relevante, pero que continuaría con una revisión “muy cuidadosa” de los hechos

     Posteriormente, Profepa llevó a cabo una segunda inspección el 16 de julio, a fin de identificar la posible existencia de daños al medio ambiente, mediante el recorrido del área de tanques de almacenamiento, el área de muelles y puntos de carga; así como la revisión de las instalaciones de ductos, válvulas y tuberías.

     En el marco de esta segunda inspección, fue cuando funcionarios de Profepa solicitaron la autorización en materia de impacto ambiental y que la empresa no pudo presentar.

     La noticia de la clausura se da a conocer ante la presión pública por los supuestos daños ambientales provocados por el derrame, que incluso llevó a una serie de organizaciones no gubernamentales y activistas a emitir una carta pública dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador solicitándole garantizar objetividad en las investigaciones y llevar a la justicia a los responsables.

     Días antes a que se hiciera pública la misiva, Grupo México emitió una postura para señalar que no había evidencia de daños a la flora y fauna marina luego del derrame, como respuesta a imágenes difundidas en redes sociales del supuesto hallazgo de animales muertos en las playas cercanas a la zona del incidente.

Fecha de publicación: 19/07/2019