16 de julio (Bloomberg) -- El embajador de México ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) se está preparando para dejar su puesto, de acuerdo con tres funcionarios familiarizados con sus planes, en lo que podría ser un golpe significativo para la organización y para la capacidad del país de influenciar las reglas del comercio global.

     Roberto Zapata Barradas, quien se convirtió en el principal enviado de México ante OMC en 2017, pronto dimitirá como su representante permanente en Ginebra, dijeron los tres funcionarios, quienes pidieron no ser nombrados porque la decisión no se ha hecho pública.

     Zapata no quiso hacer comentarios cuando fue contactado por Bloomberg y la oficina de medios de la Secretaría de Economía en México no dio un comentario de inmediato.

     OMC genera y supervisa la aplicación de las reglas que vigilan el comercio internacional, al tiempo que también resuelve las controversias entre sus 164 miembros, que incluyen a Estados Unidos, China y la Unión Europea.

     La dimisión se produce en medio de cambios impulsados por el presidente Andrés Manuel López Obrador para reducir las oficinas de representación extranjeras del gobierno mexicano, a fin de reasignar los recursos gubernamentales empleados en ellas a programas sociales.

     Los opositores del actual gobierno argumentan que esto dejará a México sin representación adecuada para defenderse en materia controversias comerciales, incluidas las disputas con Estados Unidos y otros países que se resuelven en el seno de OMC.

     La medida también amenaza en torpedear las muy prometedoras negociaciones comerciales multilaterales que se llevan a cabo en OMC. Esto porque Zapata es el actual presidente del grupo de negociación que revisa las normas y que además supervisa las discusiones destinadas a eliminar los subsidios a la pesca, que incluso contribuyen a la sobrepesca y la sobreexplotación.

Pláticas críticas

La abrupta salida de Zapata podrá retrasar esas negociaciones en un momento crítico, de acuerdo con los funcionarios, quienes agregaron que un nuevo presidente del grupo negociador deberá ser seleccionado rápidamente para poder completar el acuerdo este año.

     Las conversaciones sobre la industria de la pesca están entrando en su cuarto año y permanecen entrampadas en profundos desacuerdos sobre el papel que debería desempeñar OMC en la gestión de los océanos del mundo.

     El objetivo es cumplir un objetivo clave de las metas de desarrollo sustentable de la Organización de las Naciones Unidas, a través de la eliminación de subsidios gubernamentales pesqueros, que muchos consideran perjudiciales para la vida marina y que deberán desaparecer 2020.

     Un acuerdo de pesca de OMC sería simbólicamente importante para una organización que está luchando para mantener su relevancia en un entorno donde las principales economías del mundo incumplen descaradamente sus reglas básicas.

     OMC incluso enfrenta otra amenaza a su órgano de apelación, que lleva a cabo sus funciones de arbitraje y podría resultar inservible para fines de año.

     “La organización está en profunda crisis”, dijo la comisionada de la Comisión de Comercio Europea, Cecilia Malmstrom, durante un evento organizado por el gobierno francés en París. “Si el cuerpo de apelaciones colapsa, lo que probablemente ocurrirá en diciembre, al menos temporalmente, no tendríamos ninguna capacidad para asegurarnos que las reglas se apliquen”.

     “Luego, si no tiene reglas aplicadas, todos pueden hacer lo que quieran y eso sería muy, muy malo, especialmente para los países más pequeños y en desarrollo”, agregó.

Fecha de publicación: 17/07/2019