15 de jul. (Sentido Común) -- El gobierno de Estados Unidos endureció las reglas para otorgar asilo a los migrantes que lo soliciten tras ingresar a su territorio por la frontera sur del país.
A partir de ahora, el gobierno estadounidense exigirá que quienes soliciten asilo en ese país, tras ingresar por la frontera con México, hayan antes solicitado protección por “persecución” o “tortura” en otro país distinto al de su origen o nacionalidad.
La nueva regla la difundieron los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional en un documento, que esperan incluso publicar mañana en el Federal Register, el sitio oficial de divulgación legal del gobierno estadounidense.
Esta nueva regla tiene la finalidad de “mejorar la integridad del proceso de asilo al imponer mayores restricciones o limitaciones sobre la elegibilidad de los extranjeros que busquen asilo en Estados Unidos”, dijeron las dos dependencias. “Eventualmente, la medida de hoy reducirá la abrumante carga infligida a nuestro sistema doméstico provocado por los solicitantes de asilo que no buscaron protección urgente en el primer país disponible, migrantes económicos que carecen de un temor legítimo de persecución y las organizaciones criminales transnacionales, traficantes y contrabandistas que explotan nuestro sistema para obtener ganancias”.
La nueva regla, sin embargo, no aplicará para aquellos extranjeros que soliciten asilo tras entrar por la frontera sur y que hayan demostrado que fueron víctimas de una “severa forma de trata de personas”, o que en su tránsito a Estados Unidos lo hayan hecho a través de un país o países que no forman parte de la Convención de 1951 sobre el estatus de refugiados, o que no reconozcan el Protocolo de 1967 o la Convención contra la Tortura u otros tratados contra el trato cruel, inhumano o degradante.
Finalmente, quienes solicitaron protección por “persecución” o “tortura” y no hayan recibido aprobación a tal solicitud en otro país distinto al de su nacionalidad, podrá recibir asilo en Estados Unidos, dijeron las dos entidades en su documento.
“Esta regla es un ejercicio legal de la autoridad provista por el Congreso para restringir la elegibilidad para otorgar asilo. Estados Unidos es un país generoso, pero se ha visto completamente abrumado por las cargas asociadas con la detención y el procesamiento de cientos de miles de extranjeros a lo largo de la frontera sur”, dijo William P. Bar, el fiscal general de Estados Unidos, en el documento. “Esta regla reducirá las compras de acceso por parte de los migrantes económicos y por parte de quienes buscan explotar nuestro sistema de asilo para obtener la entrada a Estados Unidos, al mismo tiempo que garantiza que nadie sea expulsado de Estados Unidos mientras exista una alta posibilidad de que pueda ser torturado o perseguido, con base en su derecho a ser protegido”.
El cambio en la política migratoria estadounidense sorprendió, hasta cierto punto, debido a que Estados Unidos dijo en días previos que estaba trabajando con México en una solución que permitiera reducir el elevado flujo migratorio desde Centroamérica hasta el norte del continente.
Incluso, el presidente Donald J. Trump aceptó por firmar un acuerdo con México en el que daba un plazo de 45 días para evaluar si las acciones propuestas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para frenar el flujo migratorio tenían o no un impacto en la actividad migratoria.
El gobierno mexicano, sin embargo, optó por minimizar el ajuste a la política migratoria estadounidense al afirmar que esos cambios no afectan a ciudadanos mexicanos ni tampoco implican la imposición de un estatus de tercer país seguro aquí.
“Esta medida en el ámbito de la jurisdicción de Estados Unidos no afectará a ciudadanos mexicanos”, dijo Marcelo Ebrard Casaubón, el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, en conferencia de prensa. “De ninguna manera constituyen un mecanismo de tercer país de asilo”.
De acuerdo con el estatuto de refugiados de Suiza, el tercer país seguro es aquel que da refugio a una persona que salió de su país para solicitar asilo en otro, pero que no recibió respuesta favorable. En ese caso, se queda en la segunda alternativa que considere que puede darle las mismas atenciones.
El canciller dijo que México ha dejado claro que no entraría a una fase de negociación para constituirse como tercer país seguro sin antes obtener una autorización del Congreso.
En cuanto a la posición de México frente a esta nueva política, el canciller dijo que México es un país en pro del asilo y del refugio, por lo que no está de acuerdo con las medidas que limitan a las personas el acceso al asilo y al refugio.
También aclaró que esta medida, que es de la política interna de Estados Unidos, no es una violación al acuerdo bilateral alcanzado en materia migratoria entre ambos países y que la Secretaría no considera que necesariamente presione a México.
La cancillería no es la única que aparentemente está en contra de aceptar una política dictada por el gobierno de Trump que exija cambios a la legislación aquí.
“No podemos dejar de expresar que se trata y refleja un unilateralismo que es contrario a los principios de corresponsabilidad regional, impulsados por México”, dijo Ricardo Monreal, el coordinador de los senadores del partido Movimiento Regeneración Nacional, o Morena, que tiene la mayor representación en la Cámara Alta, en conferencia de prensa.
“Como Senado no vamos a autorizar el que se convierta a México en un tercer país seguro. Es una posición del grupo parlamentario, no involucro a los otros grupos, pero he conversado con compañeros de Morena y están de acuerdo en que no se considere a México como un tercer país seguro. Ni de facto, ni de hecho”, agregó el senador de Morena, que además es el partido que fundó el presidente López Obrador.
Fecha de publicación: 15/07/2019
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